Es frecuente que las parejas encuentren dificultades en su camino, pues cada miembro de la relación tiene su manera de pensar y de comportarse, lo que puede causar que a veces sea necesario debatir y llegar al consenso para gozar de una buena salud en compañía. Dicho de otro modo, a pesar de que cada relación tiene sus altibajos, las parejas de éxito aprenden a manejar los conflictos y son conscientes de la importancia de tener en cuenta y valorar las necesidades del otro.
Pero, ¿cuáles son los conflictos más habituales que pueden surgir en las relaciones de pareja? El psicólogo Fernando Arias te explica los problemas más habituales en Terapia de Pareja:
1. Problemas de comunicación
Una buena comuniación es clave en una relación de pareja. No sólo lo que se comunica sino cómo se comunica: sonreir, transmitir, tolerar, escuchar. Saber escuchar es esencial para entender al otro u otra. Para que las parejas aprendan a gestionar los conflictos también es fundamental una buena comunicación. El diálogo es esencial y es uno de los pilares básicos de de toda relación de preja, y la que permite mantener el proyecto de vida en común que inician dos personas que se aman.
Si uno de los miembros no tiene la suficiente empatía y no es capaz de entender o de transmitir al otro, o si no tiene la capacidad de expresar sus opiniones de manera asertiva, difícilmente puede funcionar una relación porque los conflictos no se van a poder resolver adecuadamente
Uno de los problemas más frecuentes en las relaciones de pareja es la convivencia. Muchas veces tenemos expectativas irreales sobre lo que será vivir con esa persona a la que amamos, y compartir el espacio durante tantas horas, estas falsas creencias pueden hacer que florezcan conflictos que deben ser gestionados de la manera correcta en el momento oportuno. En la convivencia con otros siempre es necesario negociar, empatizar, entender y llegar a acuerdos, y las relaciones de pareja no son una excepción.
El descubrimiento de una infidelidad supone generalmente una importante crisis en la relación de pareja y surgen muchas emociones distintas: desconfianza, culpa, verguenza, inseguridad por el presente y futuro, miedos, rabia, frustración....
A menudo quién sufre la infidelidad comienza un proceso de búsqueda y se hace muchas preguntas, se siente engañado o engañada, teme que se repita en el futuro, se compara, pudiendo sufrir una importante pérdida de autoestima. La terapia de pareja puede ser muy efectiva para poder superar este problema, evitando que se cronifique.
4. Problemas sexuales
Para muchas personas es necesaria una armonía en la relación para poder relacionarse sexualmente con su pareja. A veces esto no se entiende adecuadamente y se generan una situaciones de demandas no satisfechas, sensación de rechazo o de culpa por no poder implicarse.
La monotonía, la crianza de los hijos, tener poco tiempo o el cansancio laboral también pueden influir en las relaciones sexuales.
Cuando hay poca armonía en las relaciones íntimas los conflictos en la relación de pareja se incrementan, pues afecta a la expresión de la afectividad y a la estabilidad de la relación. Las caricias, los abrazos y, cómo no, la relaciones sexuales ayudan a que la pareja se sienta unida y querida.
Algunos problemas sexuales como la falta de deseo o la disfunción eréctil pueden afectar a la relación tanto a nivel individual como de pareja
La confiranza es un pilar esencial en una relación de pareja. Los celos son una señal de alarma que nos informan de la existencia de un peligro, perder el cariño de nuestro ser querido por la presencia de otra persona. Suelen ir acompañados de las sensaciones de abandono y exclusión, viviendo la situación como muy dolorosa. Pero esta señal, si aprendemos a procesarla y comprenderla puede ser muy enriquecedora.
Si no creemos que nuestra pareja nos pertenece, no quiere decir que la queremos menos, sino todo lo contrario. Ya que no tenemos derecho sobre ella y tiene la capacidad de hacer lo que desea. La pareja necesita autonomía de cada uno de sus miembros, que cada uno tenga una parte satisfactoria de vida propia y que a la par, ambos crezcan en el vínculo.
A veces pueden ocurrir eventos traumáticos en la vida de alguno de los miembros de la pareja que pueden llevarle a una crisis existencial. Esto, evidentemente, también va a influir en cómo la pareja se relaciona y en el bienestar de ésta. Si alguno de los dos ha pasado por un momento delicado, por ejemplo, la muerte de algún familiar cercano, en muchos casos es recomendable acudir a terapia psicológica para que la situación personal no acabe con la relación.
Si bien los eventos traumáticos pueden causar estragos en la relación, otros problemas ajenos a la relación también puede influir en la unión de los miembros. Por ejemplo, cuando uno de los dos se siente estresado o quemado en el trabajo, es posible que esto también se note en casa.
El exceso o escasez de trabajo, los horarios estrictos o inflexibles, la inseguridad laboral o las malas relaciones con los compañeros pueden notarse no sólo en el lugar de trabajo, sino también en la relación de pareja
En ocasiones, puede ocurrir que los conflictos no tengan relación directa con los miembros de la pareja, sino que pueden surgir con miembros de su familia (e incluso con amigos cercanos) de éstos lo que puede entorpecer la buena marcha de la relación y afectar a la pareja.
Como he dicho, el estrés laboral puede ser un problema, pero también puede serlo no tener trabajo y pasar por dificultades económicas serias. La incapacidad de tener estabilidad económica familiar hace que sea difícil visualizar el futuro y, por tanto, los conflictos están presentes en la relación de manera frecuente.
Tener hijos es, sin duda, una de las mejores experiencias y consecuencias de amar a alguien, pues representa el amor absoluto y la presencia de un nuevo miembro en la familia. Sin embargo, esto que puede ser realmente bonito también puede ser complicado por momentos, en gran parte por las expectativas poco realistas sobre tener hijos o por los conflictos de roles, y por el estrés que genera la crianza.
Las parejas que gozan de una buena salud son aquellas que tienen un proyecto compartido, es decir, un proyecto en común. Se ven juntas y, por tanto, actúan en conciencia a esta posibilidad. Pero cuando los miembros de la pareja tienen dudas de estar el uno con el otro, entonces surgen las dificultades. Los conflictos ante esta situación son frecuentes.
Uno de los grandes problemas de la pareja es la monotonía, que suele aparecer cuando los dos miembros llevan tiempo juntos y no Por eso, es necesario tomar medidas para evitar que esto ocurra. Por ejemplo, en el terreno sexual, los expertos recomiendan probar nuevas experiencias para que la llama no se apague.
La dependencia emocional también crea serios problemas en la relación de pareja. Generalmente, esto ocurre porque uno de los dos miembros tiene la autoestima baja y se convierte en adicto a la pareja. Entonces, pierde la objetividad y la relación se convierte en un conflicto constante.
A veces tenemos expectativas poco realistas de la pareja, y cuando comenzamos a tener más contacto con ella nos damos cuenta de que no era lo que nos habíamos imaginado. Eso no quiere decir que nuestra pareja no sea una persona digna, sino que muchas veces somos nosotros mismos los que nos creamos estas expectativas poco reales sobre lo que es el amor y sobre la persona con la que convivimos.
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